Un h‚roe de nuestro tiempo, Mija¡l L‚rmontov

En este libro hay un “héroe” que está en “nuestro tiempo”. Para el héroe, ¿qué mejor presentación que la de su autor?:
“El Héroe de Nuestro Tiempo, mis muy queridos señores, de hecho sí es un retrato, pero no de un hombre: es un retrato com­puesto de los vicios de toda nuestra generación en su pleno de­sarrollo. Ustedes me volverán a decir que un hombre no puede ser tan malo, y yo les digo que si han creído en la posibilidad de existencia de todos los villanos trágicos y románticos, ¿por qué no han de creer en la existencia de Pechorin?”
Y “nuestro tiempo” es el siglo XIX en Rusia. Un siglo fluvial. Pechorin es el nombre de un río, como el de Oneguin, su predecesor. Inauguran la estirpe del hombre superfluo. El hombre que no encuentra su lugar en las aguas estancadas del zarismo, pero que fluye de personaje en personaje, de autor en autor, por las plumas de A. Herzen, I. Turguéniev e I. Goncharov. Esos personajes dieron su sello a un tiempo sin salida, que, en este sentido, se parece bastante al nuestro. Más que un espejo (retrato), son la posibilidad, nada superflua, de pensarse.

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