Un corazón gorila, Leticia Ressia

Contratapa de Claudia Huergo:

Aquí se espera, aquí se explota, son estas naves modernas, la catedral de un Banco, el lugar donde Leticia planta su amorosa herejía.

“La misa es mejor a las 12.30 cuando cierran las puertas al mediodía del caos / Filas dobles, gente de pie. De rodillas estamos / ¡Oh padre todopoderoso, virgo y eterno!”

Podría ser 1921, el año en que algunos fechan el escrito de Walter Benjamín: Capitalismo como religión. Podría haber sido Leticia la secretaria que terminó de darle forma a este escrito, reteniendo algunas imágenes que reverberarían 100 años después: mismas necesidades, mismos tormentos, mismas respuestas. 

“Pagamos para vivir el sueño de un dios que truena / en un cielo de papel celofán / hay agua / y en las veredas / la caca de los perros se desarma (…) una deuda imposible / la contemplación del vacío / en la mano que sostiene un número.”

Su escritura, con secuencias de pasos de baile carnavalesco y bufón, va diseñando el recorrido por distintas estaciones. Los misterios siempre son gozosos: la espera, la deuda eterna, la promesa de algún cielo que descargue sobre nosotros sufrimientos como bendiciones.  

Querida Leticia, me gustaría decir que me encantó tu poemario, pero escribiste una obra de teatro.

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