Todo moría ese día, Marcos Zoppi
En el contexto de la producción estética de una postmemoria de los hijos del exilio y del Terrorismo de Estado, Marcos Zoppi despliega la poética de una existencia punk con culo de botella que se arrastra como un trovador enloquecido desde Suiza hasta los monoblocks del Parque Chacabuco. Todo moría ese día es un poema que se lee como una novela y se canta como una canción de cancha.
Mariano Dorr
La escritura de Marcos Zoppi es imparable. Imposible detenerse, es necesario llegar al final. Este libro es tal vez una novela, tal vez un poema o acaso una canción infinita que hilvana con leitmotivs el recorrido geográfico, espacial, existencial y vertiginoso de una cabeza que habla. Todo moría ese día es una voz lúcida y desesperada dentro de un libro.
Carmen Baliero
Todo moría ese día es una bandera que alguien arrancó de las entrañas de un animal dormido. La política, la muerte, el amor y la infancia como obliteración de un fantasma que toma impulso para volver a actuar. Así, entre tapa y contratapa se encierra un libro desesperado, el canto del cisne de una generación atravesada por los estertores de la guerrilla, el exilio y el regreso familiar a las calles de una patria en incipiente democracia. Todo moría ese día es un signo de pregunta dentro del cuaderno de notas que busca dejar constancia de la experiencia en la mente de un niño que solo ansiaba vivir.
Nicolás Moguilevsky
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