Summa technologiae Stanislaw Lem

$29.999

Hoy ya no es necesario esperar nietos para que alguien se ría de tales profecías ingenuas, cada quien puede divertirse solo dejando en un cajón durante unos años aquello que hoy se describe como cuadro fiel del mañana.La tecnología que facilita la vida se convierte en la herramienta de su empobrecimiento, puesto que por los medios masivos de información pasa de ser una obediente multiplicadora de bienes espirituales a una productora de baratijas culturales.Ninguna religión puede hacer nada por la humanidad, dado que no es un saber empírico. Disminuye, por cierto, el “dolor de vivir” de los individuos, pero al mismo tiempo aumenta la suma de desgracias que aquejan a la totalidad, precisamente por su impotencia e inacción frente a los problemas del colectivo. Así pues, no es posible defenderla ni siquiera desde un punto de vista pragmático como una herramienta útil, porque es una herramienta mala, que es impotente ante los temas clave del mundo.

Stanisław Herman Lem nació el 12 de septiembre de 1921 en Lvov, que hasta 1939 formaba parte de Polonia y actualmente es territorio de Ucrania. Comenzó estudios de medicina en su ciudad natal, pero durante la Segunda Guerra Mundial debió interrumpirlos. Durante la guerra fue miembro de la resistencia. Su familia, católica pero de ascendencia judía, se salvó del Holocausto gracias a que Lem trabajaba de soldador y mecánico, desde donde pudo realizar acciones de sabotaje. En 1944, el ejército de la URSS tomó la ciudad y Lem fue “repatriado” en 1946 a Cracovia, donde retomó sus estudios de medicina en la especialidad de psicología. Ese mismo año, publicó su primera novela, El hombre de Marte, en una revista juvenil. A lo largo de su vida, Lem exploró temas filosóficos que involucran especulaciones sobre nuevas tecnologías, la naturaleza de la inteligencia y las posibilidades de comunicación y comprensión entre seres racionales. Fue miembro honorario de la SFWA (Asociación de Escritores Estadounidenses de Ciencia Ficción y Fantasía) en 1973, pero fue expulsado en 1976 tras declarar que la ciencia ficción estadounidense era de baja calidad y estaba más interesada en el aspecto comercial que en desarrollar nuevas ideas o formas literarias. En 1977, fue reconocido como ciudadano honorario de Cracovia. Dos años después, se nombró con el apellido Lem el planetoide n.° 3836 y en 1991 obtuvo el Premio nacional austríaco de literatura Franz Kafka. En sus últimos años, fue miembro fundador de la Sociedad Polaca de Astronáutica, y trabajó en áreas como las matemáticas, cibernética y filosofía. Murió el 27 de marzo de 2006 en Cracovia. Ese mismo año, se nombró con su apellido el primer satélite polaco. Summa Technologiae, su primer libro de ensayos, nunca había sido traducido al castellano.

Compartir: