Por qué no beso bien, Mary Ruefle

Merengue
Perdoná que lo diga, pero coger
no es nada. Para los dioses, parecemos
perros. Y sin embargo miran.
¿Perdiste la billetera?
¿Rompiste la foto?
¿Alzaste al bebé
y le besaste la frente?
¿Chocaste a un ciervo?
¿Cortaste el pasto
como si pudiera matarte?
¿Le pediste leche a tu mamá?
¿Encendiste las velas?
¿Contaste los botones de la camisa?
¿Le erraste por uno? ¿Volviste a empezar?
¿Aprendiste a cortar un ananá,
a abrir un coco?
¿Cargaste un cuerpo luego de su muerte?
¿Cuánto tiempo, cuán lejos?
¿Bailaste el merengue?
¿Saludaste al tren?
¿Terminaste el rompecabezas, o lo guardaste para la mañana?
¿Dijiste algo? ¿Podrías repetirlo?
¿Tiraste la botella contra la pared?
¿Se rompió? ¿Limpiaste los vidrios?
¿Arrancaste la telaraña? ¿Qué hiciste con el bicho
que la araña se estaba guardando?
¿Te tiraste desnuda al agua fría?
¿Naciste?
¿Qué libro vas a estar leyendo cuando te mueras?
Si es bueno, no lo vas a terminar.
Qué lástima, si es malo.
 
 
 
Mary Ruefle
 
Nació en 1952 en las afueras de Pittsburgh  (EEUU).  Ha publicado once colecciones de poesía, entre las que se destacan  My Private Property (2016), Indeed I Was Pleased with the World (2007), y The Adamant (1989), que obtuvo el Iowa Poetry Prize.  También es autora de la colección de ensayos Madness, Rack y Honey (2012). Ha recibido numerosos premios, entre ellos el Whiting Award (1995),  el William Carlos Williams Award (2011) y el Robert Creeley Award (2014).
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