Paseo, Marcelo Alzetta

La pintura de Marcelo Alzetta es prodigiosa y logra encender cualquier espacio con su paleta hipnótica y desenfrenada. Desde Tandil nos sostiene con sus maravillas: el mundo entero cabe en su obra, ese mundo que renace y que comienza desde que su pincel así lo dictamina. Porque la pintura es eso, encontrar en el vacío un espacio y ahí la posibilidad de un signo que encarne su porvenir. El pasado y el futuro se pervierten tan fácil, que lo mejor es comprar arte. Compren la obra de Marcelo, que es accesible y genial, gentil y total, psicodélica y angélica, campestre y terrible…. Porque él es el pintor del futuro, el único que puede hacer una flor, un pájaro o a ese par de indios estimulados y despóticos, amarillos, a los que miro todos los días mientras ellos murmuran sus maldiciones y hechizos, alimentando el territorio de mis inestables fantasías para siempre.

Francisco Garamona

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