oscar masotta y el psicoanálisis castellano, germán garcía

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EL CAPÍTULO LACAN Y EL EXTRANJERO es muy breve: dejó hacer fuera de él la escuela Belga de psicoanálisis de la que no quiso saber nada; habría deseado un grupo italiano, y fracasó en crearlo; dos o tres berlineses le avisaron que fundaban una escuela que sería la de ellos, no la de él. Y creo que eso fue todo. Ese mundo que, viniendo de París, habríamos descubierto en Caracas en 1980 no somos nosotros, de París, quienes lo hemos creado. Es la obra de un asombroso argentino, Oscar Masotta, gracias al que la enseñanza de Lacan conoció una difusión que se extendió a todo el mundo hispánico, durante los años sesenta sin que Lacan interviniera en ello más que haciendo de Masotta un miembro de la Escuela Freudiana de París.

Jacques-Alain Miller. Buenos Aires, 11 de Julio de 1986.

LA HISTORIA DEL PSICOANÁLISIS en Argentina no comienza con un nombre, sino con la escritura de un nombre. Porque no hay transmisión sin escritura. Porque no hay nombre que se signifique a sí mismo. Oscar Masotta es el nombre que fue escrito para nombrar la transmisión del psicoanálisis lacaniano en Argentina. Germán García es el escritor que hizo de ese nombre un rastro que aún perseguimos. Si Masotta es el nombre de un estilo de lectura, García es el método para que esa lectura precipite. Sólo entonces se constituye como lectura. Germán García es uno de los ensayistas más lúcidos en Argentina, porque lee como psicoanalista, y escribió algunas de las mejores interpretaciones que interpelaron a la cultura de nuestro tiempo.

Luciano Lutereau

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