manual para destinos defraudados, anne boyer

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"Una mujer muerta fue encontrada en una tumba en Siberia. Su tumba contenía carne de caballo, carne de cordero, yogurt, cannabis y una copa hecha con astas. Tenía puesto un camisón de seda amarilla y un tocado decorado con ocho gatos de oro. En su hombro izquierdo tenía un tatuaje de un venado con pico de grifo y cuernos de capricornio. La mujer muerta era calva y llevaba una peluca hecha de pelo de caballo. Probablemente fue una bruja o un oráculo o una poeta. Los científicos que la encontraron dijeron que murió joven, a causa de un cáncer de mama o por hallarse tan débil que, cabalgando, se cayó y quebró los huesos. Cuando su cuerpo fue retirado de la tumba, la gente de la región dijo que los bosques empezaron a arder, la tierra empezó a temblar, los vientos soplaron sin parar y los vivos empezaron a querer morir.

Pero las mujeres se vuelven mujeres muertas a cada minuto y siempre lo han hecho, así que estoy más sorprendida de que el mundo entero no esté en llamas a cada minuto, que los vientos no estén rugiendo, que la tierra no se haya fracturado, que todas las personas no hayan sentido que podían morir."

(...)

 

Fragmento de Una Mujer Muerta, uno de los más de 20 ensayos recopilados en Manual para destinos defraudados, admirablemente traducidos por Adalber Salas Hernández y con un hermoso prólogo de Robin Myers.

 

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