Los ñorse, Cristhian Monti

Le extraen la lengua, los ojos y la ubre sin derramar una gota de sangre, como si fuera con rayos. Son los mismos que derribaron a los Atlantes y torcieron el eje de la Tierra, ocasionando que hubiera estaciones y, a la larga, desmontes, monocultivo, inundaciones, ganancia y pobreza. De los sinuosos paseos rurales de un grupo de amigos quedan líneas sueltas de un diálogo sin principio ni fin.

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