Las cosas que perdimos en el fuego, Mariana Enriquez

$23.500

El mundo de Mariana Enriquez no tiene por qué ser el nuestro, y, sin embargo, lo termina siendo. Bastan pocas frases para pisarlo, respirarlo y no olvidarlo gracias a una viveza emocional insólita. Con la cotidianidad hecha pesadilla, el lector se despierta abatido, perturbado por historias e imágenes que jamás conseguirá sacarse de la cabeza. Las autodenominadas «mujeres ardientes», que protestan contra una forma extrema de violencia doméstica que se ha vuelto viral; una estudiante que se arranca las uñas y las pestañas, y otra que intenta ayudarla; los años de apagones dictados por el gobierno durante los cuales se intoxican tres amigas que lo serán hasta que la muerte las separe; el famoso asesino en serie llamado Petiso Orejudo, que sólo tenía nueve años; hikikomori, magia negra, los celos, el desamor, supersticiones rurales, edificios abandonados o encantados... En estos doce cuentos el lector se ve obligado a olvidarse de sí mismo para seguir las peripecias e investigaciones de cuerpos que desaparecen o bien reaparecen en el momento menos esperado. Ya sea una trabajadora social, una policía o un guía turístico, los protagonistas luchan por apadrinar a seres socialmente invisibles, indagando así en el peso de la culpa, la compasión, la crueldad, las dificultades de la convivencia, y en un terror tan hondo como verosímil. Mariana Enriquez es una de las narradoras más valientes y sorprendentes del siglo XXI, no sólo de la nueva literatura argentina a cargo de escritores nacidos durante la dictadura sino de la literatura de cualquier país o lengua. Mariana Enriquez transforma géneros literarios en recursos narrativos, desde la novela negra hasta el realismo sucio, pasando por el terror, la crónica y el humor, y ahonda con dolor y belleza en las raíces, las llamas y las tinieblas de toda existencia.

«El terror, en los cuentos de Mariana Enriquez, se desliza como un jadeo de agua negra sobre baldosas al sol. Como algo imposible que, sin embargo, podría suceder» (Leila Guerriero).

«Su escritura es tan auténtica y perspicaz que consigue evocar una realidad más vívida que la que nos rodea. Todo ello, resultado de su destreza y meticulosidad. La prueba de que nos hallamos ante una escritora de primera clase» (Daniel Gumbiner, McSweeney’s).

En febrero de 2017, Las cosas que perdimos en el fuego fue galardonada con el Premi Ciutat de Barcelona en la categoría 'Literatura castellana'.

 

Las cosas que perdimos en el fuego es uno de los títulos de #13LibrosParaEllas: trece libros de ELLAS para TOD@S. Reivindicamos lo que ellas escriben y much@s pensamos. Mira todos los vídeos en: https://goo.gl/nsoaCx

 


Mariana Enriquez


Mariana Enriquez (Buenos Aires, 1973) es periodista, subeditora del suplemento Radar del diario Página/12 y docente. Ha escrito novelas, relatos de viajes, perfiles –como La hermana menor, acerca de la escritora Silvina Ocampo: «Enriquez ha sabido recrear una época especialmente interesante de la vida cultural de Buenos Aires» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Un libro revelador» (J. E. Ayala-Dip, El País)– y colecciones de cuentos: en Anagrama han aparecido dos de ellas, Los peligros de fumar en la cama: «Relatos espléndidos. (...) Una gran escritora» (Nadal Suau, El Mundo); «Unos cuentos impresionantes» (Llucia Ramis); y Las cosas que perdimos en el fuego, publicada en veinte países y galardonada en 2017 con el Premi Ciutat de Barcelona en la categoría «Literatura en lengua castellana»: «Goza de un merecido reconocimiento. La escritura posee cualidades como la condensación y una sugerente frialdad. Una prosa con peso específico» (Carlos Pardo, El País); «Se apoya con inteligencia en los maestros para crear un mundo narrativo muy propio» (Edmundo Paz Soldán); «Excepcional» (Marta Sanz). Su obra ha recibido un aplauso unánime: «Toma un rasgo que reconocemos en Cortázar y lo exacerba: lo podrido y maléfico de la vida cotidiana, la rajadura por la que se filtra un fondo de irracionalidad donde chapotean cuerpos entregados a sus excreciones y palpitaciones» (Beatriz Sarlo); «Un prodigioso cruce entre la reescritura de ciertas tradiciones y esa lucidez atroz que llamamos mirada propia. Compartirla con los lectores es motivo de fiesta» (Andrés Neuman).

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