la puerta, maia morosano

 

 “Algún día te tengo que contar la historia del tío, de por qué me dejó esta casa, de lo que pasó con él”, expresa Maga, la narradora, y a partir de sus recuerdos da comienzo al libro que se divide en cuatro capítulos: La reina maga de picas, La prueba de picas y corazones, El camino de tréboles y, por último, La virgen de hierro. 

La narración se sumerge en el amor y el desamor que atraviesan los personajes de Maga y su peculiar tío Alan, quien de su mano la lleva conocer nuevos universos. Así mismo, Maga se enamora de Marcela, su compañera y amiga del colegio, mientras que el tío Alan se enamora de Horacio, el papá de Marcela. A partir de ahí, los hechos comienzan a construirse con diálogos, monólogos, hasta con poemas y canciones que le brindan musicalidad al relato. 

En paralelo se narra otra historia, la que descubre (y en la que se refugia) Maga a través de El Libro de las Reinas, reliquia que le otorga como tesoro su tío Alan, “marica, queer y mariposón”, el cual la sumerge en un mundo de picas, tréboles, corazones y diamantes. Ambas historias se comunican a través de un puente que conecta y refleja a los cuatro personajes principales en las cuatro reinas de las cartas de póker, quienes también viven bajo el mandato patriarcal. 

Los diálogos, las conductas y los placeres son los que construyen la identidad de los personajes. Muchas de las imágenes y rasgos de cada unx están teñidos de recuerdos y de momentos que vivió o de personas que conoció la autora. “Al tío Alan me lo imagino con la sonrisa de mi abuelo y esa alegría que él tenía, pero de ninguna manera el tío Alan está construido a partir de mi abuelo ni tampoco tiene todas características de gente que conozco”, comentó. 

La Puerta es un pasaje para transitar todas las emociones: un portal hacia la intimidad y la confesión. Una catarata de oraciones sin punto y aparte que devienen en la violación de una adolescente; en las noches frías que le regala la esquina a Alan; en los secretos de Marcela y en la monstruosidad de Horacio. 

Al contrario de caer en la victimización, los personajes a los que le da vida Maia Morosano son sobrevivientes. Quien además admite que esta obra no sólo es la que más le costó escribir sino la que más ama. Y concluyó: “Me costó mucho porque trata temas muy importantes para mí como feminista y quería que desde lo estético esos temas estuvieran trabajados sin bajadas de línea, sin golpes bajos, pero con un compromiso político fuerte. Este último punto hace que la ame con todo el corazón, siempre sostuve un activismo feminista literario en todos mis textos, pero en esta novela sentí una especial responsabilidad y un fuerte orgullo cuando por fin quedó terminada”.

Compartir: