La pieza oscura, Enrique Lihn

En 1963, el año de Rayuela y La ciudad y los perros, se publicó La pieza oscura, el tercer libro de Enrique Lihn. El poema que le da título introduce una nueva voz lírica, pero también narrativa, confesional y simultáneamente capaz de hacer nuestra, de verbalizar para nosotros una experiencia común: el descubrimiento de la sexualidad por unos cuantos niños y niñas que juegan en ausencia de sus parientes. Desde el comienzo se establece un tono de voz que en adelante reconoceremos siempre como rasgo particular de Lihn y, en este sentido, incomparable e inimitable.

“Enrique Lihn inaugura, y tal vez también clausura, la era de la desconfianza en la poesía hispanoamericana. Si el poema no puede cambiar el mundo ni convertirse en bien de consumo, si está fuera de la historia y al margen del mercado, tampoco es posible dejar de escribirlo. El poeta no es ya “pequeño dios” ni bardo que exalta las luchas de su pueblo. No es Huidobro ni Neruda. No es “mago” ni tampoco “antipoeta” “.

José Emilio Pacheco
“Lihn es un poeta mayor del siglo XX en nuestra lengua. En una antología que se haga el año 2050 de la poesía en español no puede faltar Enrique Lihn”.

Roberto Bolaño

“La seguridad de Enrique Lihn en cada una de las estrofas de La pieza oscura, cada uno de sus versos, cada una de sus palabras es absoluta y su lenguaje surge como si fuera escrito en estos instantes”.

Camilo Marks, El Mercurio

“Nuevamente hay que agradecer a una editorial universitaria la reedición de un libro clave en la poesía chilena de la segunda mitad del siglo XX”.

Rodrigo Pinto, El Mercurio

Enrique Lihn

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