La compañía, GERBER BICECCI VERÓNICA

En la primera parte de este artefacto narrativo, las fotografías y los diagramas en blanco y negro acompañan —en clave de fotonovela vanguardista— un relato inquietante y claustrofóbico, en el que una familia se traslada a una casa remota, donde convive con dos personajes opuestos: máquina (una aliada) y la Compañía (una amenaza terrible). En la segunda parte, una crónica de viaje fragmentaria —texto blanco sobre página negra— nos conduce al pueblo donde ha estado ambientada la ficción previa, Nuevo Mercurio, en Zacatecas, para dibujar mediante la alternancia de testimonios, citas en inglés, ilustraciones y planos, una historia de extracción, contaminación, impunidad y abandono.

Con La compañía —un libro importante y el mejor de su autora—, Verónica Gerber prosigue investigando en una línea creativa y creadora que no se parece a ninguna otra de este cambio de siglo. En las solapas de sus obras se define como una artista que escribe; no es de extrañar que sus procedimientos, por tanto, provengan en parte del arte contemporáneo: apropiación, diseño gráfico, fotografía, dibujo, arquitectura, archivo. Pero se combinan con otros recursos de carácter sobre todo literario, como la poesía documental, la historia oral o la fe en la capacidad de comunicación y de magia del formato libro. La combinación armónica de unos y otros da lugar a una estructura heterodoxa y fascinante, a una historia de minería y violencia que no sólo revela el dolor colectivo de una región sometida sino también el de todo un país que no acaba de superar las subordinaciones coloniales.

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