El diablo Arguedas, Betina Keizman

$22.500

Una mujer abre, como cada mañana, las puertas de su peluquería de barrio. Es un emprendimiento modesto, en una zona ni muy rica ni muy pobre de una ciudad cualquiera de Latinoamérica que antes, tal vez, se llamó Lima, Buenos Aires o Santiago, y que ahora es parte de una distopía inespecífica y global. Pero ese día algo cambia: una aparición, una presencia extemporánea, se le manifiesta en medio del salón. Se trata de un ser bestial, de pezuñas embarradas e indudablemente satánica: un diablo. Enseguida, sin embargo, cuando la mujer lo mira de nuevo, ya no luce como un demonio sino como un hombre abatido, con cierto aire familiar, el cutis macilento y verdoso. ¿Un zombi?, ¿un ladrón?, ¿un mudo? Hasta que por fin cree reconocerlo: ¿se trata de José María Arguedas, el escritor genial, el poeta, el etnólogo?

“¿Puedo quedarme?”, dice el presunto Arguedas. Y la mujer, contra todo sentido común y prudencia, lo alojará en el sótano de su local, que a partir de ese momento será epicentro de una red de intrigas entre peinadoras y coloristas, policías y especuladoras inmobiliarias de baja estofa; escenario de pequeñas estratagemas sobrenaturales, traiciones y ardides.

Construida sobre la delicada filigrana de un estilo sutil, plagada de humor y de horror, esta novela de Betina Keizman sobreviene como una anomalía fascinante, una rareza que nos lleva del asombro a la risa, del desconcierto al deleite, y que nos coloca frente a una pregunta infernal: en este mundo extraño y cada vez más espectral, ¿qué es un escritor sino un fantasma venido a menos, una sombra sospechosa, un buscador de información en tratos espurios con el más allá?

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