cartas, carlos giambiagi y atalaya

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Giambiagi y Atalaya tenían una voluntad anarquista impenitente, es probable que esta haya sido una de las causas que los unió. Si hay otra, es una mirada común sobre el arte. Compartían el interés por defender un pensamiento sobre las formas, los colores, las perspectivas, los materiales y los contextos de exhibición, así como también sobre el sistema en su conjunto para no caer en su tentación. No eludían, enfrentaban para dar con la autoconciencia, parienta de la lucidez. Eran de lo mejor de su tiempo, van a quedar para siempre en una historia de lo estimulante del arte argentino. Esto es así, paradójicamente así, gracias a que pertenecieron de una manera díscola a la época que les tocó.
Juan Laxagueborde

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