Benshi, Alberto Rodríguez Maiztegui

$12.000

Benshi parte de un misterio ¿quiénes eran esos hombres encargados de relatarle al público las películas mudas en el Japón de comienzos del siglo XX? Frente a la ausencia de respuesta con prueba irrefutable, está la posibilidad inmejorable de construir infinitas rutas de sentidos que pasan por abajo o por arriba, que nunca se tocan o se cruzan indefinidamente. O también Alberto, que como el fotógrafo de Blow up y Las babas del diablo, busca con palabras una imagen dentro de una imagen, dentro de una imagen, y así multiplicadas. O como ese otro cronista oriental, Chris Marker, que habla en Sin sol de la capacidad de los japoneses de comulgar con las cosas, de ser ellas por un instante.
Para la mayoría el cine empezó en diciembre de 1895 en un café de París. Que la inocencia les valga, Platón hablaba del cine cuando pensó la caverna. Y cuando en silencio pasaba ese tren de sombras alguien cuenta a los demás lo que sus ojos divisaron ahí dentro y capaz no comprendieron del todo. Eso ya era, y puede ser aún hoy, un benshi.
Frente a distancias insondables, Alberto Rodríguez Maiztegui contrapone la cercanía de la poesía, cuya calidez derriba mitos, salta muros, cruza océanos. De Japón a ¿la Argentina? De la imagen a la palabra. De lo milenario a ¿lo contemporáneo? Del cine mudo al grito del sonoro. De la angustia de la pérdida a la epifanía del nacimiento. De grandes bocanadas de tiempo elipsado al estiramiento del presente, que aspira eternidad. Y narra, envestido en armadura de poeta, del fuera de campo, al campo.

Alejandro Cozza

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