alma, corazón y tinta. los tatuajes en el cistianismo, gustavo morello sj

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Cuando en Argentina pensamos en religión, pensamos en iglesias, mezquitas y sinagogas; en grutas del Gauchito Gil o la Difunta Correa; en celebraciones como la Navidad o el Rosh Hashaná; en prender velas, leer el Corán, rezar oraciones; en voluntariados, y obras de ayuda a los más necesitados. En todo caso, cuando pensamos en religión, no estamos pensando en tatuajes. Y en realidad, es muy probable que hayamos visto tatuajes religiosos.

            Hay gente, y siempre la hubo, que se comunica con lo divino a través de tatuajes. Se tatúan (y se tatuaron) para mostrar su especial conexión que tienen con algún dios, pedir protección o dar gracias.

            En este libro me propongo mostrar como el tatuaje ha sido una forma legítima de practicar religión, que se empezó a usar antes del cristianismo, que fue adoptado por muchos cristianos, y que continúa hoy.

No estoy diciendo que todo tatuaje es religioso, ni que a usted le tienen que gustar los tatuajes religiosos. Lo que digo es que muchas personas, a lo largo de la historia, han marcado sus cuerpos como una forma de expresar su fe.

Aquí le invito a explorar el pasado y el presente de esa práctica.

 

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